Piensa en esto: te ha tocado la lotería y has ganado un auto, un auto bien caro y de
una marca famosa. Pongamos que es un Mercedes. Tus amigos y tus vecinos te envidian la riqueza y la
libertad. Pero tú sabes que no hay nada que envidiar. Regalándote un coche, te obligan a pagar un
impuesto que supera tu sueldo mensual, tu libertad se va al garete!!! y te das cuenta de que habrías
preferido ganar un Matiz.
Te regalan una máquina asesina, unos trozos de chapa que pueden matar a
cualquier ser vivo si te despistas por un momentito. Unos trozos de chapa que
pierden extremadamente su valor si alguien imprudente le hace una rayita
pasando demasiado cerca. Unos trozos de chapa que por un lado pueden matar,
pero a la vez requieren un trato delicado y el nivel máximo de cuidado y
atención. Si necesitas una pieza de recambio o una pequeña reparación, tendrás que comer solo pan duro
todo el próximo mes. Por no hablar de los precios de gasolina. ¿Soñabas con un
coche deportivo? Probablemente nunca habías pensado en cuánta gasolina consume. Y cómo envenena el
medioambiente. ¿Estás seguro de que sigues queriendo un Mercedes la puerta de
entrada a tu casa?
Cuando te regalan un álbum de fotos, en realidad no
te regalan solamente un álbum de fotos, te
regalan mil cosas más.
Te
regalan mil recuerdos que a partir de ese momento no permanecerán solo en tu
mente.
Te
regalan tus sueños, que se han hecho realidad o que todavía están por
cumplir.
Te
regalan gente que ha sido importante y que aún
permanece a tu lado.
Te
regalan la tristeza de ver a las personas que desde hace tiempo viven solo en
tu corazón.
Te
regalan caras de amigos de la infancia que ya ni reconoces.
Te
regalan esos callejones estrechos por los que te perdías siendo niño.
Te
regalan aquel restaurante al que cada domingo ibas con tus padres.
Te
regalan una de las playas blancas de la península que se convertía en tu patio
de recreo durante las vacaciones.
Te
regalan los conciertos de Enrique Iglesias que esperabas con ilusión.
Te
regalan el sol de verano que disfrutabas mientras estabas en España.
A veces te regalan también las ganas de retroceder en el tiempo.
Paulina Gutkowska
Piensa en esto: cuando te regalan una plántula de naranjo,
realmente te regalan algo más precioso. Mientras que miras dicho objeto, ves
solo una flor, unas hojas, una maceta y un puñado de tierra. Sin embargo, para
apreciar su verdadero valor, tienes que ver más allá. No solo se te ha obsequiado con una
planta, sino también con un
regalo para los sentidos y la mente. Te dan un tipo de nueva vida, un deber y
una tarea que hay que cumplir. Te regalan la necesidad de cuidar de dicha
“nueva vida” para que siga desarrollándose y creciendo. Cuando miras este árbol
pequeño no con los ojos, sino con la mente, verás todo el ciclo de vida.
Desde el nacimiento, pasando por el crecimiento, hasta la muerte. Además,
recibes un regalo para la vista: puedes aprender a apreciar la belleza de la
naturaleza; un regalo para el olfato: puedes disfrutar de un aroma único; y un
regalo para el paladar: puedes gozar del sabor de frutas dulces. Sin
embargo, también te regalan el miedo a la negligencia, el miedo a no cumplir
una obligación y fracasar.
Wiktoria Jakłowska
Cuando te regalan una comida, te dan calorías. No te regalan ese sabor excelente, sino tu dolor de barriga y muchas horas en el baño. Y, por lo tanto, les regalan a tus compañeros de piso un olor asqueroso. Además, te dan su tiempo haciéndola y siempre te lo reprocharán. Te regalan también las horas que pasaron el supermercado buscando un buen vino para ti. Y a la vez te regalan una borrachera y una tremenda resaca al día siguiente. Y, al final, te regalan unos kilos más y los comentarios de otros que te sugieren modestamente que has engordado un poco.
Anna Kobielska
Regalar un viaje es como regalar recuerdos
Recuerdos que perdurarán
en una persona hasta la muerte
Recuerdos que harán
sonreír a alguien
Un viaje, como
regalo, es una experiencia nueva
Experiencias que enseñan
algo nuevo
Experiencias que han
hecho a alguien más abierto
Un viaje, como
regalo, son nuevos conocimientos
Conocimientos de
cultura, tradiciones, costumbres
Si regalas un viaje a
alguien
El viaje puede cambiar
su forma de ver la vida
Le hará ver cosas que
antes no veía
Se convertirá en una persona nueva y mejor
Natalia Łapkiewicz
Cuando te regalan un espejo, te regalan un portal a otro
mundo en el que no solo puedes verte exactamente a ti mismo, sino también todo
lo que hay detrás de ti, como si tuvieras un par de ojos extra en la nuca. No
te dan solamente un espejo, que decora una habitación y crea uan imagen. Te
regalan la posibilidad de observar, de convertirte en una persona que, aunque
sigue mirando con los mismos ojos, ve algo diferente. Te brindan la oportunidad
de ver cómo te ve el mundo. Te regalan los pensamientos obsesivos sobre si
estás guapo hoy y si tu pelo está bien peinado. Te regalan el miedo de estar
siempre descontento con la persona que ves en el espejo cada día. Te ofrecen la
oportunidad de ver cada cambio en ti mismo y el temor a que los demás también
vean todas esas imperfecciones. Te regalan un millón de preguntas en las qu te
cuestionas cuánto de lo que ves es verdad y cuánto es mentira.
Zuzanna Malinowska
Cuando te regalan una
flor en una maceta, no te regalan solamente un objeto decorativo para agradar
la vista. No te regalan un adorno, te regalan una vida. Te regalan la
responsabilidad de cuidarla, de alimentarla, de estar pendiente de ella. Te
regalan la necesidad de reorganizar de alguna manera tu casa, con el fin de que
encuentres un sitio perfecto para ella. Te regalan la obligación de dedicar tu
tiempo valioso a buscar información sobre ella, información imprescindible para
mantenerla con vida.
Klaudia Miszewska
Cuando compras un rímel,
no compras solo un cosmético, un cepillo de rímel cubierto de tinta. No.
Compras algo más. Compras una mirada afectuosa, la atención y admiración de los
hombres, la envidia de las mujeres y la confianza en ti mismo. Cuida bien de tu
rímel, porque este pequeño objeto constituye tu arma en la lucha por un buen
aspecto y por el bienestar. No cualquier rímel es lo mismo: unos te dan
inocencia, ¨bambi eyes¨ looks; otros prolongan tus deseos sobre un hombre
ideal; y por último están los que que espesan tu mirada dando sensación de
poder. Sin embargo, esta relación no es perfecta, es tóxica. Al principio, todo
va bien: los anuncios te aseguran que, gracias a sus productos, puedes cambiar
tu vida; pero la verdadera cara de un rímel la verás tan pronto como
experimentes por sorpresa una lluvia gigante y tú no lleves paraguas. Entonces,
tu rímel resulta no ser impermeable y empiezas a parecer un mapache
Dominika Sikorska
Piensa en esto: cuando te regalan un CD, te regalan algo
más que un disco circular hecho de plástico de policarbonato; es mucho más de
lo que parece, es el fruto de un duro trabajo, son emociones encapsuladas en la
música, una verdadera caja de recuerdos. No te regalan solamente los sonidos
inmortalizados en algo tan trivial como un trozo de plástico, te regalan la
posibilidad de crear tus propios recuerdos, que te recordarán las
circunstancias de su creación cada vez que vuelvas a escuchar una melodía concreta
del disco.
Julia Szkudlarek
Cuando te regalan una
vajilla de porcelana, te regalan recuerdos. No te dan solamente un juego
de platos, tazas o cuencos, sino un regreso al pasado. Te regalan un momento de
descanso para que reflexiones sobre la vida. Con la vajilla de porcelana, te
regalan la posibilidad de fortalecer las relaciones con tus seres queridos. No
te regalan cosas materiales, aunque pueda parecerlo a primera vista. Te
regalan algo más de lo que se podría imaginar. Te regalan una vuelta atrás, un
trozo de presente y fé en el futuro.
Julia Śliwak
Piensa en esto: cuando te regalan un libro, te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el libro, que los cumplas muy felices y esperamos que te guste porque es de tapa dura, ampliamente galardonado, escrito por un autor famoso; no te regalan solamente ese menudo conjunto de hojas que leerás y luego colocarás en la estantería. Te regalan – no lo saben, lo terrible es que no lo saben -, te regalan la mentira que te dices a ti mismo: un capítulo más y me voy a dormir. Te regalan la nostalgia que te lleva a los días encantadores e inocentes de la infancia, ya completamente perdidos, cuando ni siquiera sabías leer, por lo que todos los libros tenían la voz de tu madre. Te regalan la amistad y la empatía que sientes hacia personas cuyas vidas no son más que palabras impresas en papel. Te regalan la arrogancia, la creencia de eres un semidiós, porque puedes abrir, cerrar u hojear el libro cuando y como te dé la gana. Te regalan la locura al descubrir que, en realidad, el libro tiene más poder que tú. Es el libro el que te atrapa, te vuelve a adicto y se arraiga en tu mente sin remordimientos. No te regalan un libro, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del libro.
Marta Waszt
Komentarze
Prześlij komentarz